Estamos ante uno
de los primeros de mayo más difíciles de nuestra etapa democrática.
El desempleo en
España ha alcanzado cuotas inadmisibles para un país avanzado: más de 6,2 millones de
parados, un 27,2% de tasa de paro, casi 2 millones de hogares con todos sus
miembros en el desempleo, 3,5 millones de personas buscando trabajo desde hace
más de un año y una tasa de paro juvenil del 57,2%. En 2012 se han destruido
más empleos que en la suma de los dos años anteriores.
Frente a este
panorama, el Gobierno sólo ofrece resignación. Un Gobierno que es incapaz de
poner en marcha planes de estímulo económico efectivo y plantear reformas en
profundidad que mejoren la calidad de nuestras instituciones y la
competitividad de nuestras empresas para relanzar el crecimiento. Un Gobierno
que sólo hace recortes y subidas de impuestos injustas e ineficaces que
acentúan la recesión, el paro y la desesperanza.
Por todo ello el
Partido Socialista hace este primero de mayo un llamamiento para vencer la
resignación. Ante esta situación de emergencia nacional, no se puede pedir
paciencia como hace el Presidente del Gobierno. Ante esta situación el PSOE
demanda diligencia.
Diligencia para
alcanzar un Pacto Nacional para la Reactivación Económica
y la Creación
de Empleo con el concierto del Gobierno, los Partidos Políticos con representación
parlamentaria, las Organizaciones Empresariales y Sindicales más representativas
y los Presidentes de las Comunidades Autónomas.
Un pacto para el
que el Partido Socialista ofrece propuestas que corrigen los errores cometidos
en este año y medio de legislatura.
El Partido
Popular llegó al poder en una crisis económica, pero ha sumido a España en una
profunda recesión, sin viabilidad de salida en el medio plazo, una grave crisis
social, con un aumento alarmante de la pobreza y una preocupante crisis
política por su incapacidad de llegar a acuerdos con los agentes sociales y con
otras fuerzas políticas.
El diseño de la
política fiscal europea y española basadas en la austeridad como único
objetivo, sin medidas de estímulo al crecimiento, junto con una política monetaria
que no facilita que fluya el crédito al sector privado y una reforma laboral que
facilita el despido, ponen en riesgo la paz social en nuestro país y la
sostenibilidad del estado de bienestar.
Sin crecimiento,
no puede sostenerse ni la política social, ni la reducción del déficit, ni la
creación de empleo. El crecimiento generador de empleo tiene que ser el objetivo
número uno de la política económica de cualquier gobierno.
La alta tasa de
paro es algo más que un número. Es algo más, incluso, que un profundo drama
social que sume en la desesperación a millones de personas. El paro es un
alarmante indicador de la descapitalización del país. Porque la precarización del
empleo de los jóvenes, a los que se les niega la estabilidad laboral, junto con
el alarmante incremento del paro de larga duración, está provocando que cientos
de miles de personas pierdan el tren del mercado laboral, cronificando así su
situación de desempleados.
Por tanto no se
puede esperar más. No se puede esperar al crecimiento, como quién espera que se
ponga a llover. No se puede mantener una contrarreforma laboral que ha supuesto
un paso atrás en los derechos de los trabajadores y un terrible avance en la
destrucción de empleo.
Hay que liderar
un pacto con todas las fuerzas políticas y agentes sociales para poner fin a
esta sangría y ofrecer a los ciudadanos el horizonte de esperanza que merecen.
Y con este
empeño, y con la firme convicción de que juntos podemos salir de una forma
justa de esta depresión, nos manifestaremos el 1º de Mayo y hacemos un llamamiento
a la ciudadanía para que se una a las convocatorias de las organizaciones sindicales.
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