“POR
UNA NUEVA GOBERNANZA AMBIENTAL”
Hay
tantas razones para hacerse activista ambiental como rincones tienen nuestras
vidas:
- Porque todo ser humano, en
cualquier rincón del Planeta, tiene derecho a disfrutar de un agua y un cielo
limpios.
El agua
es un bien público un Derecho Universal, indispensable para la vida en nuestro
planeta que estamos obligados a preservar y garantizar. Un cielo limpio es la
prueba más evidente de un desarrollo más saludable, más justo y más duradero;
un cielo contaminado la demostración de los errores de nuestro modelo
productivo.
- Porque la economía no es
nada sin la ecología y un país también es el resultado de la suma de sus
valores ambientales.
La
riqueza ambiental de un país debe ocupar un espacio entre las magnitudes
económicas como un activo a valorar por su generación presente de riqueza y
aval de prosperidad futura.
El
capital natural es el principal actor económico del que depende nuestro
desarrollo; ignorar su destrucción, conservación o aumento es otra forma más de
ingeniería financiera.
- Porque la principal
enseñanza en la vida ha de ser la de cuidar el medio que nos la da.
Es
preciso devolverle a la ciudadanía el derecho a conservar sus paisajes más
preciados y rescatar la idea de una convivencia pacífica con el medio ambiente.
El
hombre es parte de la naturaleza, forma parte esencial de ella. Si la destruye
se destruye a sí mismo; aún estamos a tiempo de corregir esta anomalía que sólo
conduce a un desastre que sufrirán en mayor medida las generaciones venideras.
La educación debe ejercer su papel clave como elemento corrector.
- Porque el Planeta global se
protege sobre todo desde la acción local.
El
slogan “Piensa globalmente, actúa localmente” está más vigente que nunca. Las
acciones personales, de la sociedad civil organizada, de las administraciones
más cercanas son claves en la protección de nuestros recursos ambientales; no
podemos admitir la vuelta al desarrollismo incontrolado y suicida que ha
provocado que España sufra con mayor virulencia los efectos de la crisis.
- Porque un entorno saludable
disminuye los riesgos de contraer enfermedades.
Extraña
sociedad aquella que liga su bienestar económico y social con el riesgo de la
salud de sus ciudadanos.
Un
motivo más para obligarnos a repensar nuestra relación con un medio ambiente
sobre el que siendo conscientes de que su destrucción nos perjudica gravemente
somos incapaces de detener su deterioro.
- Porque no es posible el
desarrollo sin agua, energía y alimentos, y es el medio ambiente el que los suministra,
Manifestaciones
previas a la
Conferencia Río + 20 como “sin seguridad alimentaria no habrá
paz” ó “No es posible un desarrollo sostenible sin erradicar el hambre”, nos
indican el contraste de un planeta en el que una parte es víctima de una crisis
humanitaria por no poder acceder a unos mínimos recursos naturales para
subsistir y otra es víctima de una crisis económica después de haberlos
utilizado y explotado al límite y de forma absolutamente irracional.
“Primero fue necesario
civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora es necesario civilizar
al hombre en su relación con la naturaleza y los animales” (Víctor Hugo)
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